El nuevo impuesto a las grandes empresas energéticas gravará con un 1,2 % sus ventas y el de la banca aplicará un tipo del 4,8 % sobre sus comisiones e intereses netos.
¿Qué empresas se verán afectadas?
En total, serán una veintena de empresas las afectadas, con prohibición expresa de repercutir el gravamen al cliente y con sanciones del 150% si se incumple esta norma y se acaba trasladando el impuesto al consumidor.
El impuesto no afectará a todas las empresas, sino exclusivamente a las más grandes, las que superen los 1.000 millones de cifra de negocios. En el caso de empresas con varias actividades, solo quedaran sujetas al gravamen si la parte energética supera el 50% del importe neto de la cifra de negocios. Además, el tributo solo gravará los ingresos por la actividad realizada en España, quedando fuera la parte del negocio que esté fuera de nuestras fronteras.
El nuevo gravamen al sector energético estará en vigor durante 2023 y 2024 y buscará recaudar 2.000 millones de euros al año de los beneficios extraordinarios de estas empresas en 2022 y 2023. Por lo que respecta a la prestación bancaria, que pretende recaudar 1.500 millones anuales, gravará el margen de intermediación, es decir, los intereses netos.
Reacciones de las empresas ante el nuevo impuesto
Algunos directivos de estas compañías han avisado incluso de que utilizarán todo las armas jurídicas y legales para tumbar los impuestos. Es el caso de Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol, quien en la presentación de resultados de la petrolera de este jueves defendió que la compañía hará “todo lo que esté en nuestra mano para evitar que cualquier medida arbitraria impacte en nuestra compañía”.
Igualmente explícita fue María Dolores Dancausa, su homóloga en Bankinter. “Nos parece absolutamente injusto, valoraremos todas las opciones antes de tener que asumirlo. Si tenemos resquicios para no hacerlo porque nos asiste el Derecho, lo pelearemos”, aseguró.